Contáctenos:

Si desea participar en un Grupo escríbanos a: Renacercr@outlook.com o Vaya a: http://gruporenacercr.com/

Esencia...10: Ayuda Mutua y NO autoayuda

Si bien RENACER nació como grupo de autoayuda, desde hace más de 6 años se ha cambiado éste término por el de ayuda mutua.

En la elección del término ayuda mutua por sobre autoayuda hemos respetado el concepto frankleano de la felicidad como resultado y no como meta, y consideramos que la ayuda a uno mismo es el resultado de una tarea adecuadamente cumplida que consiste en la ayuda a un hermano que sufre y en ese proceso de ayudar a otro me ayudo a mi mismo en una tarea de ayuda mutua.

Esta vuelta de tuerca existencial que va de "recibir para después dar" (tan frecuente en los "preámbulos" de grupos de autoayuda) hacia el "dar para recibir" de Renacer, es consistente con el postulado cristiano y reafirma la auto-trascendencia del ser humano que se reconoce en la siguiente frase de Frankl: "El hombre que se levanta por sobre su dolor para ayudar a un hermano que sufre trasciende como ser humano", uno de los lemas de Renacer.

Se nos ha dicho que cuando perdemos un hijo estamos tan llenos de dolor que no tenemos nada para dar salvo dolor y desesperanza y que cómo podemos, entonces, ir a un grupo a dar algo de nosotros, y esto quizás ha sido cierto hasta que llegó RENACER a proponer un cambio existencial, a decir que la pérdida de un hijo es una condición permanente, pero el sufrimiento que ello produce no debe ser permanente y que, aun inmersos en las más profundas crisis, siempre nos queda la libertad para decidir la actitud con la que hemos de enfrentar nuestro destino.

Siempre que perdemos un hijo estamos dando algo al mundo: ¿qué damos? Nada menos que una señal, un mensaje que toda la sociedad percibe, un mensaje que damos con nuestra actitud y que por lo tanto perdura y con el que sólo podemos decir dos cosas: que la muerte todo lo puede, que el amor es incapaz de derrotarla, que todo está perdido, que después de todo los hijos que partieron fueron artífices de nuestra destrucción, o podemos decir que fuerte como la muerte es el amor, que hemos decidido vivir después de todo, con la frente alta y como homenaje a nuestros seres queridos que nos han precedido en ese viaje evolutivo que llamamos muerte, y que siempre nos acompañan y esperan de nosotros sólo lo mejor.

Como vemos, aún sin saberlo estamos dando desde el primer momento, y es aquí, entonces, que RENACER nos pide, nos mueve a que demos lo mejor de nosotros, a que demos el mensaje que es nuestro lema " A Pesar de Todo Sí a la vida", pero a una vida de amor y plena de sentido, pues fuerte como la muerte es el amor.

Hemos aprendido que la felicidad no es una meta, sino que nos es otorgada como resultado de una tarea cumplida adecuadamente, y que mejor tarea para hacernos felices, que aquella que llevamos a cabo en nombre de nuestros amados hijos, y esto es precisamente lo que hacemos al ayudar a otros padres que han perdido hijos. Si conseguimos que esto se transforme en una misión para nosotros, con todo el significado que esa palabra tiene, habremos encontrado una verdadera y valiosa razón para seguir viviendo, aparte de los hijos y familiares que quedan, es decir algo para que vivir por nosotros mismos, y nos trae a la memoria esa frase de Nietzsche, tan citada por Frankl: "Quien tiene un por qué vivir, siempre encuentra el cómo"

A lo largo de estas líneas nos hemos acercado a una nueva propuesta para los grupos de ayuda mutua, a un nuevo camino a recorrer por los seres sufrientes; camino que partiendo de la desesperanza de la soledad existencial y un sufrimiento sin sentido aparente, nos conduce a una existencia valiosa, auténtica, que se afirma a sí misma en una lucha laboriosa y honesta, no para no sufrir, no para olvidarnos, sino para reafirmar nuestra firme decisión de volver a empezar una y cuantas veces sea necesario, pero haciéndolo con la frente alta, mereciendo, como decía Dostoievsky, ser dignos de nuestro sufrimiento pues igualmente digno y valioso es el origen de ese sufrir.

Y poco a poco se va haciendo evidente que la propuesta de RENACER, aún como grupo de ayuda mutua, va mucho más allá de un mero confortar a los que sufren, va transformándose en un imperativo ético. Heidegger define la ética como el pensar (y actuar) que afirma la morada del hombre en el ser. En otras palabras, es el camino que lleva al hombre a su ser, el camino que lo lleva a alcanzar su humanidad. Es el camino final de humanización propuesto anteriormente. Y no puede ser otro que éste el camino que nuestros hijos —los que partieron y los que aún están—, la vida y nosotros mismos merecemos y que, al mismo tiempo, ha de proteger a RENACER de todos los peligros y dificultades que tendrá que enfrentar a lo largo de su historia.

También se nos podrá objetar que es un camino difícil y que quizás no todos puedan seguirlo, se nos propondrán alternativas más fáciles y más tentadoras y frente a eso sólo podremos escuchar a nuestra conciencia y la silenciosa voz de nuestros hijos que siempre hade estar en ella, que han de indicarnos el camino más valioso, no el más fácil.

Por eso RENACER nos pide que tomemos el camino más valioso, aquel que nos lleva a renunciar a nosotros para pensar en el hermano que sufre. Pero ésta demanda que recae sobre nuestros hombros no queda sin recompensa, puesto que mientras más renunciamos a nosotros, mientras más nos olvidamos de nosotros y nuestras emociones, más cerca estamos de nuestra esencia, de aquello que verdaderamente somos: Seres humanos, y hemos así recorrido el camino ético que RENACER pretende, el camino que nos lleva a nosotros, los hombres, a vivir en el ser.
Porque después de todo.

“No somos lo que recibimos de la vida sino lo que devolvemos a ella Y hemos decidido devolver una obra de amor porque en ella está el recuerdo y la memoria de nuestros hijos, los que partieron y los que aún están”

Gustavo Berti
Alicia Schneider-Berti

No hay comentarios: