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Duele el alma

El duelo es un proceso intensamente doloroso y confuso. Pero, qué es exactamente lo que te duele? Los padres que han perdido sus hijos coincidimos, en que es una nueva parte del cuerpo que no conocíamos, nos duele el alma.
Para mí, el alma es como una tela traslúcida que cubre el interior del cuerpo y que empieza a despertarse cuando el cerebro descubre el verdadero dolor. Este dolor es como una descarga eléctrica que se dispara por cada una de las extremidades, la cabeza y libera una fuerza arrolladora al llegar al corazón. Para él no existen pastillas, no se puede evitar. Si lo retrasas un año con medicamentos, regresará con más fuerza y se instalará en tu vida hasta que lo hayas sufrido.
Cómo se vive este dolor? No se puede ignorar hablando de otra cosa, guardarlo en el armario o en una cajita de regalo. El dolor se sufre, se llora, se grita, pero sobre todo se comparte con aquellos a quienes la ausencia de nuestra hija les importa.
Gracias a nuestros amigos que han venido a casa, se han acercado a darnos un abrazo, nos han enviado mensajes o han escuchado atentos una vez más nuestra historia. Gracias a todos ustedes por haberse llevado un poquito de nuestro dolor para hacer nuestra pena más llevadera.

4 comentarios:

Eduardo Mena, Papá de Rebeca y Guayo dijo...

Así es, el dolor hay que sufrirlo y compartirlo, pero por sobre todo hay que trascenderlo. Muy atinado lo que dices en cuando a guardarlo o querer evitarlo. Muchas personas alrededor nuestro nos quieren ahorrar el dolor. Pero nosotros sabemos que eso no funciona. Porque, Como dice Viktor Frankl, el ser humano que por encima de su dolor se levanta para ayudar a otro ser humano que sufre, trasciende como ser humano. Estamos trascendiendo, yendo más allá del dolor... Yendo del dolor al amor incondicional. No te parece maravilloso!!!

Alejandra, mamá de Raquel dijo...

Sí pero yo no siento eso todavía, espero sentirlo en algún momento y volver a sonreir genuinamente.

Alejandra, mamá de Raquel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alvaro Alvarado dijo...

El sonreir, el compartir, son sentimientos que no consideremos sean para nosotros cuando estas experimentando los más profundo del duelo. Aunque suene cruel, debes elaborar el duelo, llorar, cuestionarte, cambiar de humor, y muchos cambios a nivel físico, psicológico, etc. Es muy normal. Después que lo has elaborado, en un tiempo muy normal, que no sea patológico. Empezaras nuevamente a gatear y a darse algunas oportunidades de reir y compartir, sin sentir culpa. Yo tengo escasos 15 meses de la partida de David, y muchas veces lloro y otras me siento tranquilo pero por encima de todo, lo más doloroso que es a aceptación vendrá a su tiempo.
Por esos estamos juntos, por esos debemos seguir juntos, por eso debemos darnos a los demás. En tu caso no te preocupes, llegará el momento de ayudar a otros, mientras dejese chinear un poquito por todos.