
Sé que ustedes podrán darme la palabra que necesito en este momento. Sé que ustedes han estados tristes hasta los huesos.
Escribí un texto al respecto en el blog de Raquelita.
http://raquelcastillochinchilla.blogspot.com/2009/10/estar-triste-hasta-los-huesos.html
Escribí un texto al respecto en el blog de Raquelita.
http://raquelcastillochinchilla.blogspot.com/2009/10/estar-triste-hasta-los-huesos.html
3 comentarios:
Ale, no he leido el texto, pero sí , se que la descripcion todavia anda corta!!!
De pronto un día, nos sorprendemos pescando una ilusión por algo, otro día queremos retomar cosas que antes nos gustaban, y es en esos días donde nos damos cuenta que no nos morimos con ellos, y que en realidad siguen en el lugar mas cerca de nosotros,, nuestro CORAZÓN !!!
Alejandra:
Leí tu nota y me identifico plenamente con ese dolor. Dejo el comentario de este lado, si no te importa.
Volver a retomar la vida es dificil. Especialmente porque nosotros nunca volveremos a ser los mismos que fuimos. De ahí que, el camino que nos toca es aprender a vivir una nueva vida. En eso estamos!
Y sí, a veces hasta nuestros más cercanos colaboradores, familiares y amados amigos, nos hieren en lo más profundo de nuestro corazón. Muchas veces sin quererlo.
A mi me ha ayudado algo que leí, con respecto a cómo manejar estas conversaciones:
1. Manejar la conversación. Ellos muchas veces NO saben ni qué decir y dicen alguna tontería para ser empáticos. Hacerle ver a mi interlocutor si quiero o no hablar del tema. Hacer ver mis puntos de vista con amor y respeto.
2. Educar a tus familiares, amigos, colaboradores que te aman. Decir lo que yo siento, y lo que he aprendido en este tiempo, porque ellos no saben. Nosotros sabemos ahora tantas cosas nuevas... Si nos aman aprenderán y nos lo agradecerán.
3. Comprender a los que nos hieren con lo que dicen o cómo actúan. Ellos no nos comprenden y probablemente no lo harán. Pero nosotros ahora vivimos en el amor que nuestros hijos han sacado de nuestro corazón y lo han puesto a funcionar. Entonces, con nuestras actitudes, acciones, palabras, etc... Damos al mundo que nos rodea, el mensaje de que no somos el fruto de lo que la vida nos ha dado sino de lo que nosotros le damos a la vida.
Bueno, sí sé que ya los tengo medio cansaditos de hablar y escribir tanto del dolor... algunas veces pienso si debo dejar de escribir esas cosas que siento y esperar hasta que desee escribir cosas más esperanzadoras... aprecio mucho tus consejos, de hecho algunos ya los he puesto en práctica.
Hoy precisamente recibí de mi más alta jefatura el apoyo para estos momentos de desorientación.
Es un buen avance. Me sentí respaldada y aunque, de fijo no entienden del todo, se mostraron solidarios.
¿Ese debe ser Dios verdad, que actúa en sus corazones?
Un abrazo,
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