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EL VUELO DE LA MARIPOSA

splash-butterfly Vivian Sibaja vino a las primeras reuniones de Renacer y repartió un cuento de la partida de su hija. Un día de estos me lo encontré entre mis cosas y quise postearlo en el blog para todos uds. E.Mena

Erase una vez, la más bella de las Morfho que se halla visto jamás. Ésta vivía en mi hermoso bosque, era feliz con su hermanito, Juanito, quien después de llegar de la escuela pasaba horas contándole lo que aprendía y lo mucho que se disfrutaba en ella. Juanita, llena de emoción decía que algún día iría a la escuela para aprender tanto como su hermano. Como ella era muy chica se la pasaba jugando con sus amigos entre flores. Una mañana, la pequeña revoloteaba como de costumbre entre las florecillas del campo, volaba, jugando al escondido con todos sus amigos; de pronto se escuchó un fuerte ruido SHAF, SHAF... había caído entre las plantas. Su hermano quien venía de la escuela escuchó el gran estruendo, voló asustado averiguar qué era aquello. Su hermana, esa fue su sorpresa, yacía tristemente entre la hierba. Desde ese día, sin saber cómo y por qué la pequeña mariposa enfermó. No podía volar, lloraba de dolor, ya no era la misma, el luto empañó su corazón.

Sus padres, el señor y la señora Morfho, muy preocupados emprendieron un largo viaje, en busca de solución y deseosos de conocer qué mal aquejaba a su pequeña mariposa. Primero visitaron a don Conejo, pues de él se hablaba de su astucia e inteligencia; pero éste no supo dar respuesta. Así que emprendieron vuelo a casa de don Zorro, quién adquirió el conocimiento de tanto rodar mundo; lamentablemente, éste tampoco tenía la respuesta. Agotados, afligidos y bastante entristecidos, tomaron fuerza.

Su valor los condujo hasta don Búho. En lo más profundo, lejano y altísimo árbol de aquel remoto lugar. Por suerte él se encontraba allí realizando sus lecturas de costumbre que lo llenaban de tanta sabiduría.

¡Señor Búho!

¡Buenas noches!

¡Perdone que lo interrumpamos tan tarde!

Nuestro viaje ha sido de días y semanas y nadie ha dado respuesta a nuestro pesar- decía la señora Morfho.

Este es el lugar correcto, soy todo oído, escucho el motivo de su extenuado viaje- replicaba don Búho.

Así fue como los padres Morfho expusieron el mal que consumía a su pequeña, sin perder un solo detalle.

Don Búho, caracterizado por su prudencia. Después de la plática comenzó a examinar a la pequeña, descubriendo un abultamiento en su colita.

Aquí está el daño, expuso Búho.

La angustia, el temor y la preocupación de los Morfho, se estabilizó.

¡Por fin, exclamó su madre!

¡Esperen, escuchen, - parafraseaba don Búho!

Existe un tratamiento, es muy delicado, requiere de mucha paciencia, fe, noches en vela y momentos de sumo dolor.

¿Cómo, eso asusta, de qué se trata?- articulaba la madre con voz quebrantada

¡Sí!, se trata de un tratamiento un tanto complicado que en el transcurso, se comprende. Es importante el amor, la perseverancia, el valor y la comunicación.

La familia debe apoyarse mutuamente, acompañarse en amigos sinceros, para los momentos de crisis y oración para el creyente.

¡Nada de qué asustarse!; es cuestión de fe y tiempo. Asentía- don Búho.

Una vez más, horrorizados por las palabras del señor Búho, tomaron el riesgo. Era tal su amor por la pequeña, que no tuvieron más opción que confiar y esperar.

Mientras tanto, Juanito, el pequeño Morfho, era protegido por sus abuelitos, y al caer la noche, éste elevaba una plegaria al cielo pidiendo su mayor deseo.

Pasaron días, semanas, meses y años. Tal como lo dijo el Búho; pasó de todo...

La pequeña Juanita, fue intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones, tratamientos iban y venían. Ya no podía disfrutar de la vida como antes.

Se acabaron sus ratos de inocente infancia, sus amigos la visitaban poco y los ratos de diversión se fueron extinguiendo, pues debía pasar la mayoría de veces, en un cubículo aparte en el salón del hospital.

Fue doloroso porque Juanito la veía poco y él también se confundía, pues era chico para entender la gravedad de aquello.

Una que otra vez, su madre se las ingeniaba para llevarlo a ver a su pequeña hermana. Juanito en silencio demostró solidaridad destacándose como el mejor estudiante. No quería traer más dolor del que ya existía. Calladito y reflexivo sufría; albergaba la esperanza de verla nuevamente en casa, feliz como ella era.

La familia no era la misma; mamá mucho tiempo fuera de casa con la pequeña y papá fatigado al caer la noche.

Hasta que un día, el más hermoso y bello día llegó.

Una mañana, al salir el alba, los pajarillos trinaban con cánticos, los sonidos más sutiles traían consigo el mensaje del adiós; el bosque enmudeció por un instante esperando la gloriosa partida

Al atardecer, una majestuosa nube lo cobijaba con su suave lluvia de amor. Al paso de ésta, se reunieron los familiares y amigos para despedir aquella hermosa creación que llevaba consigo la victoria por haber cumplido su misión.

Así fue como la pequeña Morfho alzó vuelo en la quietud de la tarde mojada; elevó sus alas al cielo para no volver jamás. Encontró la paz que sólo Dios sabe dar, la pequeña mariposa voló a la eternidad.

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En memoria de María Paz que me enseñó a confiar en Dios durante el proceso de su enfermedad. Hasta el día de hoy, continúa siendo mi alto refugio.

En dedicación a Carlos Felipe, quien pacientemente esperó días, semanas, meses y años la sanidad física de su hermanita

A mi familia por su amor incondicional y a todos aquellos que desinteresadamente estuvieron a mi lado.

Especialmente a los niños y niñas del Hospital Nacional de Niños que enfrentan con valentía el cáncer infantil.

Con todo mi amor. Vivian Sibaja Fonseca

3 comentarios:

Roberto y Silvia, papás de Rebeca dijo...

Hermoso el cuento!!!

Carol Garro dijo...

Bellísimo!

"Una mañana, al salir el alba, los pajarillos trinaban con cánticos, los sonidos más sutiles traían consigo el mensaje del adiós..."

"... despedir aquella hermosa creación que llevaba consigo la victoria por haber cumplido su misión."

Sindy (Prima de David) dijo...

¡Hermoso! No hay palabras...