Cuando mi hija Rebeca tenía 3 años, le gustaba mucho que yo me acostara un ratito con ella antes de dormirse. En ocasiones, yo estaba muy cansada. Entonces, para convencerme de estar con ella ese momento, una noche me dijo: - Mami, vamos a mi cama, para que hablemos de cosas de mujeres. Desde aquel día, siempre, antes de ir a su cama, lo repetíamos: - Vamos... a hablar cosas de mujeres.
Esos fueron momentos que para mi son invaluables, que se repitieron durante muchos años, y que por lo que me resta de vida valoraré y atesorare muy dentro de mi corazón. Siempre recordaré esas tertulias cada noche en su cama, en las que pudimos compartir nuestros sueños, alegrías y tristezas. A veces, no decíamos nada, solo estábamos muy juntitas, un abrazo, un beso, una caricia en su cabello. Qué momentos tan gratos, que ya nunca se repetirán. Hace casi 2 años, a sus 18 años, mi querida hija murió en un accidente de tránsito. Sin embargo, ahora, aunque físicamente ya no está conmigo, cada noche, en lo profundo de mi corazón, la escucho decir:
"Mami, vamos a mi cama, para que hablemos cosas de mujeres"
Por Ruth Altamirano Pinzón
3 comentarios:
Ruth, gracias por compartir este sentimiento con todos. Hay veces que quiero contar cosas de mi hijo, pero se me hace un nudo en la garganta. Tengo tantos y tantos recuerdos de él que a veces no se por cual empezar. Gracias. Ruth.
Con mucho cariño Alvaro.
Hola doña Ruth, su relato me llega a lo profundo de mi alma.
El dolor de perder a una hija no tiene límites y como dijo mi esposo, unas lloramos por lo que vivimos y otras por lo que no viviremos. ¡Esa es la vida!
Un abrazo de solidaridad en este día de las madres.
Ruth:
Gracias por ser tan especial, y por compartir con nosotros esta historia tan cotidiana y hermosa.
Cada vez que les escucho hablar, siento a Becky tan cercana, como si la hubiera conocido de siempre y realmente le tengo gran aprecio, como a sus papás.
Dios les bendiga.
Publicar un comentario