Sólo quien ha visto las oscuras nubes puede mesurar el azul del cielo.
Sólo quien ha estado a solas en la orilla puede aprende a preguntar dónde están los puentes.
Sólo quien la soledad ha respirado puede deleitarse con la sonora turbulencia del firmamento.
Sólo quien ha atravesado los silenciosos valles del sufrimiento puede deleitarse con las flores del desierto.
Hermann Traub.
Del libro: En la tristeza pervive el amor, por Elizabeth Lukas
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