Hace algunos días conversaba durante el almuerzo con un viejo amigo (no porque esté viejo, sino porque lo conocí hace varios años). Debido a la experiencia que pasamos, nuestra interacción social con él y su familia decayó. Después fuimos entendiendo que estas reacciones son normales en el proceso y sentí que tenía la responsabilidad (por la amistad que tenemos) de orientar a esta persona para que tratara de conceptualizar lo que nos está pasando, sin pretender que empatizara en el mismo nivel. Todos en Renacer sabemos que eso no es posible, a menos que estemos hablando entre pares.
Entonces se me ocurrió una analogía para "explicarle" a mi amigo qué puede significar la muerte de un hijo:
"Imagínate que por alguna razón pierdes un dedo de una mano. En el instante sentirás un gran dolor, pierdes un miembro importante de tu mano, una parte irremplazable. Sientes en ese momento que tu vida será un desastre en lo sucesivo y que no habrá cómo seguir adelante sin ese dedo que te falta. Sin embargo, comienzan a pasar los días, la herida comienza a sanar, aunque todavía duele, especialmente cuando pegas con algo involuntariamente, y volvés súbitamente al momento de la pérdida. Pero también encontrarás en el camino ejemplos de otras personas que han salido adelante, aún con la pérdida de su dedo, y que entienden perfectamente cómo te sientes. Y entonces llegas nuevamente a apreciar la maravilla de tener los otros 4 dedos de la mano, agradeces al Señor por eso y todo lo que te ha regalado y aprendes a vivir de esa forma, aunque nunca olvidarás el dedito que falta... Y entonces descubres que te puedes relacionar con otros que tienen sus cinco dedos. No tienes expectativas de que ellos entiendan cómo te sientes con uno menos y es más, no es necesario que lo entiendan, porque para eso hay grupos como Renacer."
Gracias a tod@s por permitirnos a Ale y a mí contarles lo que ha sido perder a Raquelita y llenarnos con las historias de cada uno de sus amad@s hijos...
Con aprecio,
Ernesto
6 comentarios:
Ernesto, estando en un programa de Buen día con Edgar Silva, me salió Edgar con la misma pregunta. Resulta que Don Carlos Rojas y Roxana Rojas, (padres que perdieron hijos únicos en manos del hampa) expresaron el sufrimiento y angustia de vivir en esa situación. Edgar me preguntó si en mi caso por tener dos hijas más mi sufrimiento era diferente.
Mi respuesta fue la misma que usted esta exponiendo. Si tuvieras que quitarte un dedo. Cual escogerías, el pequeño, el medio, cual? en síntesis es el mismo dolor, el mismo. Así que compañero y hermano en el dolor, te entiendo perfectamente. Estoy muy feliz de contar en este camino con personas como usted y Ale, de verdad, que sigamos para adelante.
Con mucho cariño Alvaro.
Me encanta la analogía. Me sería muy útil usarla de vez en cuando.
Un abrazo para los tres!
Ahora si que me pusiste muchos interrogantes en el camino, en mi ruta de duelo la relación con mis grandes amigos crecio aún mas ya que nunca me soltaron , siempre estubieron con nosotros , menos una amiga la cual siempre he considerado que ha sido muy valiosa en mi vida, pero al inicio estubo con nosotros en todo momento, luego se alejo mucho, pienso que en mis peores crisis, no supo estar ahi conmigo,y no xque no quisiera , sino xque no me pudo acompañar con tanto dolor, ya que al reunirnos, evadia el hablar de mi hijo,y eso me dolía mucho,busque la mejor manera de decirselo , pero igual no resulto, y yo tome la determinacion de que esa amistad,por el momento no era sana para mí, y me dedique a alimentarme de gente que si quisiera escucharme y respetuosamente me regalara mi espacio, pero te admiro, Ernesto x tu decision , ojala puedas retomar esa amistad, !!!
UN ABRAZO
Hola Mila, en verdad creo que no debemos preocuparnos demasiado si nuestras históricas amistades se comportan de una forma u otra durante el duelo de nuestros hijos. Es más, entre menos expectativas tengamos de ellos y de cualquiera en este sentido, intuyo que nos irá mejor. Así que si nos sorprenden positivamente, pues a Dios gracias, si no, como vos decís, habrá alguien que si nos va a escuchar y apoyar, de nuevo, a Dios gracias!
Un abrazo a la distancia.
Gracias Ernesto por compartir con todos tu ejemplo o tú analogía del dedo, te confesamos que ya la pusimos en práctica, nosotros damos gracias a Dios y a nuestros hijos que nos puso en el camino para poder hablar entre pares de nuestros tan adorados hijos, para sentirnos comprendidos y darnos el permiso de reír, llorar, hablar de lo ocurrido una y otra vez, sin que nos cambien el tema.
Un abrazo a los tres.
PD: Yo Silvia, creo que te quedastes corto con tú analogía del dedito, porque yo siento que Rebeca se llevo la mitad de mi corazón.
Coincido con Ernesto. Si es complicado que Connie y yo nos pongamos en la misma frecuencia, imagínate como sería intentarlo con personas, aún muy cercanas, que ni se asoman a nuestra situación. Lo más importante, y lo vimos en el camino es la clase de apoyo que te dan. A veces con que te pongan en otra dirección, no evadir la que nos correponde, pero si hacenos sentir de vuelta a la cotidianeidad, es suficiente. Algunos se aíslan, hablo de los amigos, porque no encuentran como acercarse, pero esta en nosotros hacerles saber que la vida sigue, que duele y dolerá pero que lo que encuentran luego de la pérdida es alguien con otra perspectiva, no con otra vida
Abrazos totales
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