Luego de la muerte de mi hija Becky, unos amigos nos enviaron a la playa para estar solos, llorar y reflexionar en lo que la vida nos había regalado.
Pues mira lo que me encontré caminando por la playa. Así lucía mi corazón entonces. Traspazado, herido, sangrante.
HOY en el día del amor y la amistad recuerdo ese hallazgo con gratitud porque me sirve para valorar como el recuerdo amoroso de mi hija Rebeca lo ha reconstruido. Hoy ese mismo corazón ha aprendido del amor incondicional.
Gracias hija mía. Recibo de tí HOY, y al lado de muchos amigos, un Feliz día!!!
Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoista…
2 comentarios:
Bellísimo, Definitivamente hemos entrado al camino del amor incondicional, que traspasa dimensiones, tiempo y espacio y sigue como si nada. Bendiciones
Cierto !!! Los bellos recuerdos momentos vividos con nuestros hijos, luego de algun tiempo, empiezan a rellenar un poco el gran vacio, que dejaron ellos al partir!!
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