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Matando fantasmas en el camino de las lágrimas

Hoy no me he sentido bien, los recuerdos pueden ser lo más dulce o lo más amargo que uno pueda probar.

Matando fantasmas, es el nombre que le he puesto a los momentos o lugares que hacen conexión directa con tu ser amado.

Estos pueden ser el lugar donde cruzaron el umbral (star Gate, diría Eduardo Mena. ) otros son los lugares donde compartistes grandes momentos con tu ser amado.

Les comento que ayer dimos un pasito más en este camino de lágrimas. Fuimos a la playa, después de año y cuatro meses de la partida de David. Los momentos que pasamos ayer fueron agridulces, pero hicimos un gran esfuerzo por vivirlos.

Hoy al recordar el día de ayer no puedo evitar pensar en mi hijo David, y se me viene las lágrimas mientras escribo esto, al recordar todos los momentos lindos que pasamos

Lo escribo porque es importante matar este fantasma y creo que lo hicimos o lo hice, no se Hannia como la estará pasando y mis hijas me imagino que a su forma.

Igual de doloroso fue el día que fuí al lugar donde mi hijo vió el cielo por última vez, pero lo superé, ahora paso si he de pasar y no siento ese fantasma de la angustia atomentándome.

En cada paso que doy en este camino de lágrimas, voy dejando pedazos de corazón desperdigados por doquier, pero voy ganando una alma buena y un espíritu fuerte.

Todo esto me recuerda el cuento llamado el hombre de hojalata, que a medida que camina va dejando pedazos (lo recomiendo)

Compañeros hoy a sido un día muy dificil...

5 comentarios:

Alejandra, mamá de Raquel dijo...

Hola Álvaro, te entiendo perfectamente, es como cuando yo paso por la Clínica Bíblica o el Hospital de Niños, tengo que volver a ver para otro lado.
Sin embargo, los felicito por haber dado ese paso de ir a un paseo que usualmente hacían con David. Por supuesto que tiene que doler, no podía ser de otra manera.
Aunque no hay forma de hacerte sentir mejor en este día y los que vendrán, solo quiero que sepas que estoy orando día y noche por todos nosotros. Deseo que la paz llegue a nuestros corazones, más que nada en el mundo. Un gran abrazo para vos y tu familia.

ManSua dijo...

Alvaro sabes que nuestras familias comparten el amar el pasear y el mar y por esto te entiendo y quiero dejarte este mensaje.

La primeras veces de cada cosa que se hace ya sin nuestros hijos son tan difíciles, y dependiendo de lo profundas que estén en nuestro corazón, la segunda, tercera y mas serán difíciles, pero llegará si voz y tu familia lo quiere que aquellos lugares, circunstancia y hasta cosas serán como santuarios donde se levanta el templo de los recuerdos, serán tesoros en sí mismos, serán lo que han sido siempre… lo momentos más bellos que te regalo David y tu familia.

Al leer “matar fantasmas” se me viene a mi mente decir recuperar recuerdos, rescatar lugares del dolor e ir poco a poco recobrando nuevamente la paz, nuestro bienestar y poder recordar a nuestros hijos como amor, con cariño, con dulzura, con alegría y sentirnos afortunados de cada uno de los instantes que nos regalo Dios a lado de ellos.

ManSua, Papa de Kyke. Saludos.

Eduardo Mena, Papá de Rebeca y Guayo dijo...

Alvaro: Tal y como lo expresas, una vez que sacas ese fantasma de la angustia que te atormenta, como tú lo dices, limpias la casa para que el amor de tu hijo florezca. Y entonces, como dice Manrique, esos lugares llegan a ser santuarios donde se levanta el templo de los recuerdos.

Yo estuve este fin de semana en Savegre, visitando un campamento que mi hija amaba. Al recorrer por las instalaciones, ver el paisaje, reconocí las imágenes que ella tenía en sus fotos y no hice más que pensar cuán feliz fue en ese lugar. Así que para sentir un poco de esa alegría me animé a tirarme en el salto de fe...

Con esta visita han ido aumentando los bienes raíces de mi hija. Porque fíjate que ya tiene: Un hotel de playa, un Penthouse en Av. 10 (ese es el Star Gate), Una casa de campo en Desamparados, Una casa de montaña, una Kzona en la ciudad, y ahora un campamento entero, etc. etc. Cuando paso por uno de estos lugares a veces me dan ganas como decía, el otro día, Alejandra, de pasar a tomarme una tacita de café con ella.

Así que, cuando dices que vas dejando pedazos de corazón desperdigados por doquier, es porque los vas dejando en esos lugares a los que necesitas volver, para que el amor siga creciendo allí.

Gracia por compartir tu dolor con nosotros.

Unknown dijo...

...es sabio y precioso el comentario de don Eduardo... nada mas que decir...
Mucha fortaleza para tu espíritu que cada vez es más bueno y noble...

Carol Garro dijo...

Ustedes no saben cuánto daría por volver a visitar el Hospital NN. Por ninguna otra razón más que por encontrarme con el "santuario" en el que viví los únicos 48 días de vida con mi hija Valeria. Lugar que resguarda en sus paredes dolor y angustia, pero también mi primera experiencia como mamá. Y sí, lloraría muchísimo, pero me ayudaría a mantener vivos los recuerdos...